En una lectura secuencial de esta composición, titulada 'Obertura', aparece en cada pieza una figura femenina a la que, debido a la perspectiva, no se le pueden ver las extremidades. Parece incompleta. Al lado, hay unas líneas geométricas que esbozan un pentagrama, que tampoco puede verse completo.

 

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Pero si seguimos el recorrido y el movimiento llegamos al final, es la plenitud. La figura está en libertad, ahora sí, completa. En la zona plateada se apuntan tonos de tierra: es una especie de amalgama, donde no es ya solo el pentagrama, no solo la música encerrada entre esas cinco líneas y cuatro espacios. Es un big bang de creatividad. Y de ahí lo de 'Obertura', porque aquí es donde comienza todo.